
Las primeras máquinas-herramienta (siglo XIX – XX)
En el siglo XIX, el trabajo del metal en España seguía siendo, en gran medida, un oficio artesanal. Los talleres utilizaban tornos manuales de madera o hierro, accionados mediante correas y poleas conectadas a máquinas de vapor. El país comenzaba a incorporarse a la Revolución Industrial, aunque con cierto retraso respecto a Inglaterra o Francia.
Los primeros tornos mecánicos y fresadoras llegaron a través de sectores estratégicos como los astilleros, el ferrocarril y la industria armamentística. El País Vasco, gracias a sus minas y fundiciones, se consolidó rápidamente como uno de los principales centros de esta incipiente industrialización del trabajo del metal.

Industrialización y mecanizado convencional (1900–1960)
A comienzos del siglo XX, el mecanizado empezó a adquirir una forma más cercana a la actual. Los tornos paralelos, las fresadoras universales y las rectificadoras alcanzaron mayores niveles de precisión y fiabilidad.
Surgieron fabricantes españoles como Nicolás Correa o Goratu, que iniciaron la producción nacional de máquinas-herramienta. En localidades como Eibar, Sabadell o Gijón, numerosos talleres familiares evolucionaron hacia pequeñas fábricas. Aunque el trabajo seguía requiriendo una alta destreza manual, la capacidad de producción y la calidad alcanzaron niveles sin precedentes.

Avance tecnológico y mecanizado de precisión (1960–1980)
Entre las décadas de 1960 y 1980 se produjo una auténtica transformación con la introducción del control numérico. Inicialmente, el sistema NC utilizaba cintas perforadas para transmitir instrucciones a las máquinas. Posteriormente, el salto de los mecanizados CNC (control numérico por computadora) supuso una digitalización completa del proceso, aumentando la precisión, garantizando la repetitividad de las piezas y reduciendo drásticamente los tiempos de producción.
La labor del mecanizado dejó de depender exclusivamente de la pericia del operario para incorporar la programación como elemento clave. Al mismo tiempo, la evolución de los materiales de corte —carburos, cerámicas, recubrimientos duros— permitió trabajar a mayores velocidades y con menor desgaste.

INLEMAR y la era del CAD/CAM (1980–2000)
En plena revolución tecnológica de los años 80 y 90, cuando el CAD y el CAM transformaban el mecanizado en España y los centros multifunción se imponían, INLEMAR daba sus primeros pasos. Fundada en 1981 como un pequeño taller especializado en fabricación de maquinaria industrial, apostó desde el principio por la calidad, el servicio personalizado y la cercanía con el cliente.
Este enfoque le permitió responder a la creciente demanda de máquinas especiales, mecanizado y montaje, impulsando inversiones constantes en tecnología. En 1997, con la ampliación de sus instalaciones, incorporó equipos de última generación, se adaptó a las exigencias del mercado y consolidó su proyección internacional.

El futuro del mecanizado en España
El sector del mecanizado en España avanza hacia un modelo más sostenible, digital y conectado, donde la automatización industrial inteligente, la integración de datos y la fabricación personalizada marcarán el rumbo. La combinación de talento humano especializado y tecnologías emergentes permitirá que la industria española no solo se mantenga competitiva, sino que también se posicione como un referente en innovación y calidad a nivel internacional.
